Seguramente tienes la imagen en tu cabeza de una manifestación, una multitud y, en medio de ella, un cartel de protesta levantado con firmeza. Es un símbolo poderoso de descontento y esperanza. Pero aunque esa imagen es potente, la verdadera función del diseño en el activismo es mucho más profunda, estratégica y compleja de lo que parece a simple vista.

El diseño activista no se limita a crear una imagen impactante. Es una disciplina que busca articular ideas, movilizar comunidades y construir narrativas de cambio. Desde waka hemos observado cómo el rol del diseñador activista ha mutado: de ser un simple emisor de mensajes, a convertirse en un arquitecto de conversaciones y un proveedor de herramientas para la comunidad.

En este artículo, vamos a desglosar cinco de las lecciones más reveladoras —y, a veces, brutalmente contraintuitivas— sobre el activismo gráfico. Porque, como buenos escépticos constructivos que somos, creemos que el pensamiento crítico también se aplica a los movimientos sociales.

1. El Activismo gráfico debe iniciar un diálogo, no imponer una verdad

El activismo gráfico más efectivo rara vez busca imponer “verdades universales”. En cambio, funciona como un catalizador para la conversación. El proyecto Un Mundo Feliz, por ejemplo, no pretende dar respuestas definitivas, sino “iniciar y promover un diálogo” a partir de las reacciones de la gente a los acontecimientos sociales.

Como ellos mismos afirman, este enfoque se basa en una creencia fundamental que compartimos plenamente en waka:

Las palabras y las imágenes tienen un gran potencial para promover los valores que consideramos importantes y cambiar aquellos aspectos de la vida que no nos gustan.

Este enfoque es crucial porque posiciona al diseño como una plataforma para múltiples perspectivas, no solo la del creador. Es lo que nosotros llamamos “diseño democrático” (aunque suene un poco grandilocuente, es lo que hay). Un ejemplo claro es el proyecto “Black Outdoor Art” del diseñador Greg Bunbury. En lugar de ser el único portavoz, Bunbury invitó a otros diseñadores negros y racializados a contar sus propias historias en vallas publicitarias, utilizando su plataforma para amplificar un coro de voces diversas.

LA LECCIÓN: El mejor diseño no grita, conversa. Y las mejores conversaciones son las que incluyen voces que normalmente no escuchamos.

 

ejemplo activismo gráfico "Black Outdoor Art"

Black Outdoor Art es un proyecto de arte comunitario y una iniciativa social que utiliza la publicidad exterior como plataforma a raíz del movimiento Black Lives Matter.

2. El poder real de un símbolo se libera cuando lo entregas a la comunidad

Esta es quizás una de las ideas más contraintuitivas para cualquier creador: a veces, el mayor éxito de un diseño es perder el control sobre él. El caso del logo de Black Lives Matter, creado por Design Action Collective, es el ejemplo perfecto.

El colectivo diseñó el logo rápidamente en respuesta a la urgencia del momento y, de forma crucial, lo puso a disposición para descarga gratuita. Esta decisión fue clave. La comunidad lo adoptó, lo modificó y lo hizo evolucionar, transformándolo en icónicos murales callejeros pintados en ciudades de todo el mundo. Pronto aparecieron adaptaciones como “Asians for Black Lives” en pancartas caseras.

El símbolo se convirtió en el emblema de lo que se conoce como un “movimiento con liderazgo distribuido” —un modelo donde el poder es orgánico en lugar de centralizado, haciendo que la propiedad colectiva del símbolo sea su mayor fortaleza.

ejemplo activismo gráfico "Black Lives Matter"

Personas de origen asiático alzaron su voz para expresar indignación y señalar el racismo contra las personas negras dentro de su propia comunidad.

Este enfoque de código abierto construye solidaridad y permite que un mensaje sea amplificado por la propia comunidad, contrastando radicalmente con el control de marca que define al mundo comercial (nosotros sabemos algo de eso). Entregar un símbolo fue un acto poderoso, pero, ¿qué sucede cuando el diseñador va un paso más allá y no entrega una imagen, sino la herramienta misma para crearla?

LA LECCIÓN: A veces hay que soltar el control para que el diseño realmente funcione.

3. El alfabeto como herramienta del activismo gráfico

Esta revelación expande radicalmente nuestra noción de lo que puede ser el activismo gráfico. Va más allá de pósteres e imágenes para manifestarse en la creación de herramientas para la comunidad (y aquí es donde nuestro lado metodológico se emociona un poco).

El diseñador Greg Bunbury, descendiente de la generación Windrush, quería honrar a los trabajadores caribeños que llegaron al Reino Unido después de la guerra. En lugar de crear un único póster, tomó inspiración de las icónicas letras del barco HMS Windrush y diseñó una tipografía completa. Su intención era que la tipografía “Empire Windrush” fuera un “recurso que representa diálogo, conexión y celebración”, permitiendo que “otros puedan expresar sus palabras”.

Con este acto, Bunbury pasó de ser un creador de mensajes a un proveedor de herramientas, empoderando a otros para que cuenten sus propias historias. La legitimidad de este enfoque quedó inmortalizada cuando la tipografía fue seleccionada para formar parte del monumento permanente a la generación Windrush en la estación de Waterloo en Londres.

LA LECCIÓN: Crear herramientas puede ser más poderoso que crear mensajes. Es el nivel máximo del diseño estratégico: cuando tu trabajo permite que otros trabajen.

 

ejemplo activismo gráfico: tipografía Empire Windrush

Una tipografía inspirada en los viajes pioneros de los inmigrantes caribeños a bordo del HMT Empire Windrush.

4. La urgencia es un lenguaje de diseño en sí mismo

El activismo gráfico a menudo se valora por su sutileza o belleza. Pero el poder de una protesta a veces reside en rechazar la estética convencional para hablar un lenguaje más crudo, directo y, sobre todo, urgente. El diseño puede ser una declaración en sí misma al comunicar no solo un mensaje, sino el estado emocional del movimiento.

En el apogeo de la crisis del SIDA en los años 80, el colectivo ACT UP rompió todas las reglas del diseño profesional. Su estética no buscaba la perfección, sino la rabia. Sus carteles y eslóganes eran fotocopias imperfectas, tipografías recortadas y pegadas con prisa. Gráficos sin pulir que parecían hechos con rabia y desesperación. Eran un reflejo visual de la emergencia y el dolor de su lucha. El icónico “SILENCIO = MUERTE” no era un póster; era un grito visual. La crudeza de su diseño era una prueba de que este era un movimiento impulsado por la gente, no por una agencia de publicidad.

 

Act Up. Organización y acción directa contra el SIDA

Este enfoque de “hazlo tú mismo” empoderó a una comunidad que había sido silenciada y demostró una verdad poderosa: no se necesita un gran presupuesto ni un estudio profesional para generar un impacto masivo. Se necesita una verdad y la valentía para mostrarla sin adornos.

LA LECCIÓN: El diseño más poderoso es el que no puede ser ignorado.

5. El formato es la esencia de la protesta gráfica

La elección del formato puede ser un acto de activismo tan poderoso como el contenido visual mismo. “El medio es el mensaje” diría McLuhan.

El diseño gráfico de protesta no se limita al papel; a veces, se proyecta sobre la realidad. Las proyecciones de luz en edificios son un formato que convierte el espacio público en un lienzo ilegal y temporal para la disidencia.

Un ejemplo potente es el trabajo del colectivo de artistas y activistas The Illuminator. Utilizando furgonetas y potentes proyectores, convierten fachadas de edificios, monumentos y sedes corporativas en vallas publicitarias efímeras para mensajes de protesta. En lugar de pedir permiso, ocupan el espacio visual de la ciudad sin autorización para transmitir mensajes como “La avaricia mata” o para visibilizar a las víctimas de la brutalidad policial.

 

ejemplo activismo gráfico acciones colectivo The Iluminator

El colectivo The Illuminator ha organizado cientos de “proyecciones-intervenciones” en espacios públicos, convirtiendo la calle en un lugar de participación, conflicto y diálogo.

Este formato es un acto de pura desobediencia. Supera las limitaciones de un cartel, ya que es instantáneo, masivo y efímero. El diseño no es un objeto que se puede confiscar fácilmente; es una intervención, un fantasma tipográfico que aparece y desaparece. Esto demuestra que la protesta más efectiva a veces no es la que grita más fuerte, sino la que aparece en el lugar menos esperado.

LA LECCIÓN: La revolución no tiene un soporte, crea el suyo propio.

Conclusión: diseñar para que otros tengan voz

Estas cinco revelaciones trazan una clara evolución en el rol del diseñador activista: de ser un creador de mensajes a convertirse en un facilitador de diálogos, un proveedor de herramientas y, en última instancia, un constructor de plataformas para la comunidad. El diseño activista va mucho más allá de la estética; es una herramienta estratégica de empoderamiento comunitario. Su poder reside menos en gritar un mensaje y más en empoderar a otros para que hablen, alineando el trabajo con valores que están al servicio de los demás. El diseño no es solo expresión; es transformación.

Hoy, somos testigos de una masacre en Gaza, del exterminio de un pueblo que ha soportado décadas de asedio y ahora ha sido reducido a escombros; convertido en una fosa común a cielo abierto. Ante la atrocidad, ante el genocidio, desde waka no vamos a mirar hacia otro lado. No nos conformamos con la indignación: vamos a gritar, a través del diseño, por la libertad de Palestina.

Y lo hacemos con un símbolo poderoso y valiente: la sandía. Cuando Israel prohibió ondear la bandera palestina, el pueblo respondió con una creatividad imparable. Frente a la censura que duró casi tres décadas, los palestinos utilizaron una sandía. Sus colores —rojo, negro, blanco y verde— replican los de su bandera, convirtiendo así un fruto propio de su tierra en un estandarte de lucha. El acto de mostrarla no es solo un gesto de desafío; es una afirmación de identidad, un grito de libertad.

Hoy, la sandía desborda las calles y las redes sociales. Cada imagen de esta fruta es un puño levantado contra el genocidio.

 

ejemplo activismo gráfico "Free Palestine"

 

 

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