Te vamos a contar una verdad incómoda: tu logotipo no es tu identidad de marca. Sí, lo sé, duele. Es como cuando descubres que Papá Noel son tus padres. Pero después de 15 años en las trincheras del diseño y el branding, tenemos que decírtelo.
El poder de los elementos visuales (spoiler: es brutal)
Un logotipo es solo la punta del iceberg. La identidad visual es todo el arsenal: desde tipografías que pueden hacer que tu marca parezca el próximo unicornio tecnológico o la carnicería de la esquina, hasta elementos visuales que harán que tu audiencia diga “¡Anda, pero si esto es de…!” antes incluso de ver tu logo.
Ejemplo del mundo real: Piensa en Barbie. Sí, esa que ha estado persiguiéndote todo 2023. ¿Qué te viene a la mente? ¿El logo? No. Es ese rosa chicle omnipresente, esa tipografía retro-pop, ese universo visual completo. El logo es solo un elemento más en ese ecosistema de recursos gráficos.
Comunicación sin palabras: porque a veces callar es oro
La identidad visual es un lenguaje universal que funciona incluso cuando has bebido demasiado en una fiesta. No necesita explicar nada: ves los arcos dorados y ya estás pensando en hamburguesas, aunque el logo de McDonald’s no aparezca por ningún lado. Así de simple, así de efectivo.
Los componentes de una identidad visual que mola (de verdad)
Seamos honestos: vivimos en un mundo donde la atención dura lo mismo que un story de Instagram. Por eso, tu marca necesita verse más apetecible que el último reel viral de gatitos. Y aquí es donde entran nuestros queridos recursos gráficos. Toda identidad visual bien trabajada tendrá:
- Una paleta de colores que no parezca elegida por tu sobrino de 3 años.
- Una tipografía que diga algo más que “copié esto de Microsoft Word”.
- Un sistema de formas y elementos gráficos que den personalidad.
- Una maquetación que no provoque migrañas.
- Y sí, también un logo (pero no es el protagonista, es un actor más).
- Y coherencia. Sobre todo, coherencia.
La consistencia en recursos gráficos es como mantener una dieta: difícil pero necesaria. Todos los elementos tienen que trabajar juntos como si fueran una boyband bien coordinada (no como un grupo de metal improvisado en un garaje).
La coherencia visual: o por qué tu marca no debería tener trastorno de personalidad múltiple
Vale, ya tienes todos los elementos de tu identidad visual. Pero ojo, que tener los ingredientes no te convierte en chef. La coherencia visual es como dirigir una orquesta: todos los elementos tienen que tocar la misma melodía o acabarás con un ruido que ni Skrillex querría samplear.
¿Qué significa realmente ser coherente?
- Constancia, no aburrimiento: Ser coherente no significa usar siempre el mismo layout. Significa que aunque cambies la partitura, la música sigue sonando a tu banda. Mira Netflix: sus carteles son diferentes, pero todos gritan “NETFLIX” sin necesidad de ver el logo.
- Flexibilidad con límites: Tu identidad visual tiene que poder adaptarse a diferentes situaciones como un camaleón, pero sin crisis de identidad. Instagram es el rey de esto: su degradado característico funciona en todo: desde stories hasta el icono de la app.
- Reconocimiento instantáneo: La coherencia hace que tu marca sea reconocible incluso por el rabillo del ojo mientras scrolleas como poseso en el metro. Es como cuando reconoces a tu ex de espaldas en el súper: no necesitas ver su cara para saber que es hora de esconderte en la sección de conservas.
Los pecados capitales de la incoherencia
- El síndrome del nuevo diseñador: Cada vez que alguien toca tu marca añade su “toque personal”. Resultado: tu identidad parece un álbum de cromos random.
- La tentación de la tendencia: “Oye, ¿y si metemos un degradado neón como hace todo el mundo?” No. Tu marca no es un adolescente intentando encajar en el instituto.
- El “por si acaso”: Tener 27 versiones diferentes de tu identidad “por si acaso”. Spoiler: acabarás usando todas a la vez y tu marca parecerá que tiene un grave problema de indecisión.
Cómo mantener la coherencia sin morir en el intento
- Crea un sistema, no reglas rígidas: Piensa en LEGO. Tienen piezas básicas que pueden crear infinitas combinaciones, pero siempre reconoces que es LEGO.
- Documenta todo: Si no está escrito, no existe. Y no, los pantallazos de WhatsApp no cuentan como documentación.
- Prueba antes de lanzar: ¿Tu identidad funciona igual de bien en un billboard que en el favicon de tu web? Si la respuesta es no, vuelve a la casilla de salida.
- Less is more: Cuantos menos elementos tengas que controlar, más fácil será mantener la coherencia. Es como tu armario: es más fácil vestirse bien con 10 prendas que combinan entre sí que con 100 que no pegan ni con cola.
El test definitivo
Si tapas el logo de cualquiera de tus aplicaciones, ¿la gente sigue reconociendo tu marca? Si la respuesta es no, tienes trabajo que hacer. Si la respuesta es sí… bueno, igual deberías estar escribiendo este post en lugar de nosotros.
Recuerda: la coherencia visual no es el objetivo final, es el camino. Es lo que hace que tu marca sea memorable sin ser repetitiva, reconocible sin ser aburrida, y única sin ser caótica. Como decimos en waka: “si tu marca fuera una persona, ¿tendría un estilo propio o vestiría como si se hubiera vestido a oscuras?”
Ejemplos que nos flipan (y no son el típico caso Apple)
Hablemos de algunos casos menos manidos pero igual de brillantes.
Un ejemplo maravilloso de identidad visual completa es Google. Su logo es importante, sí, pero es solo una pieza más de todo su ecosistema visual. Pincha aquí para bucear por su Brand Resource Center y entenderás de qué hablamos.
Spotify
Vale, tiene un logo reconocible, pero lo que realmente hace única su identidad es ese sistema de duotonos vibrantes y esas formas ondulantes que te recuerdan a las ondas de sonido. Hasta sus playlists tienen personalidad propia gracias a este sistema visual tan flexible.
Notion
¿Has notado que puedes reconocer sus ilustraciones en blanco y negro a kilómetros? No necesitan ni color para destacar. Han creado un estilo visual tan distintivo que ha inspirado a medio Silicon Valley (sí, hablamos de todas esas startups que ahora usan ilustraciones minimalistas).
Figma
Su identidad visual es como sus productos: modular y adaptable. Han creado un sistema de formas geométricas que pueden combinarse de mil maneras, igual que sus usuarios combinan elementos en su plataforma. ¡Meta nivel desbloqueado!
Discord
Los que convirtieron un chat gaming en algo cool. ¿Cómo? Con una identidad visual que mezcla el humor gamberro de internet con un diseño sorprendentemente sofisticado. Su mascota Wumpus aparece por todas partes, pero nunca verás su logo solo y aburrido.
Heura
Y un ejemplo local que nos encanta: Heura. Han conseguido que comer plantas parezca la opción más cool del supermercado. Su identidad visual mezcla fotografía lifestyle contemporary con elementos gráficos que parecen sacados de un manifiesto activista. Funciona.
El impacto final: a modo de conclusión
La identidad visual es el conjunto de armas secretas del branding. Son las que hacen que tu marca pase de ser “otra más del montón” a “¡ostras, mira esto!”. Y sí, conseguirlo es tan difícil como parece. Por eso muchos se conforman solo con un logo bonito. Pero eh, para hacer las cosas bien estamos aquí.
Consejo final para valientes: piensa en tu identidad visual como un todo, no te obsesiones solo con el logo. Experimenta con tus recursos gráficos, pero no te pases de creativo. Recuerda: buscamos que tu marca destaque, no que provoque convulsiones. Y si necesitas ayuda, aquí estamos.