Ya hemos hablado varias veces de la necesidad de someter un diseño, o una interfaz, a un test de usuarios para comprobar la calidad del trabajo antes de lanzarlo. Aunque inicialmente retrase un proyecto, o provoque un aumento del presupuesto, está comprobado que finalmente será ventajoso ya que evitará cambios futuros que seguro que serán más complicados de abordar.

¿Para qué gastar tiempo y dinero en test de usuarios?

A diferencia de la elaboración de un escultura en piedra (sin posibilidad alguna de “ctrl + Z” cuando se le va la mano al artista), en el caso de diseño de interfaces es posible cambiar el rumbo del proyecto desde su estado más embrionario. Y además impactando poco en el presupuesto ya que implicará a menos personas.

La razón principal es que el diseño de la interfaz es un pequeño eslabón de una gran cadena. Cualquier proyecto de mediana envergadura necesitará intervención de desarrolladores y programadores, diseñadores del producto, departamentos de marketing y venta, publicidad e inversiones, etc.

Así que mejor empezar con una base lo más sólida posible.

¿Qué aporta el test de usabilidad cualitativo?

Lo primero es que hay 2 grandes grupos de tipos de test. Cuando basamos nuestro estudio en entrevistas, observaciones de uso, focus group, etc. es una metodología de investigación cualitativa del producto. La muestra de trabajo en este caso es pequeña (debido a la profundidad de estudio de cada caso muestreado), pero el alcance de los resultados es mucho mayor que con pequeñas preguntas a grandes masas, lo que se llaman test cuantitativos..

La documentación, que nace de cada una de las entrevistas de un test de usuario directo, puede generar tanto material como para necesitar una jornada de trabajo para su revisión, análisis y conclusiones.

De estas entrevistas de usabilidad (con grabación de vídeo y audio), podemos obtener gran cantidad de datos a partir del comportamiento del usuario durante la utilización de la herramienta. Mucha de esta información habrá que obtenerla estando atento a sus gestos y comentarios. De esta manera, nace un enfoque subjetivo y único en cada situación, ya que son estudios individuales.

Nuestra misión no será que nos alaguen por un magnífico trabajo de diseño, sino descubrir qué es lo que resulta problemático a los usuarios. En el caso de los diseñadores muchos de estos fallos o problemas de navegación son imposibles de detectar por la cercanía al proyecto, que contamina la navegación y hace que sea imposible simularla por el equipo creador del proyecto.

Nuestra misión en el proyecto es descubrir qué resulta problemático en la navegación de los usuarios.

¿Qué NO aporta un test de usabilidad cualitativo?

El test cualitativo (con entrevistas, grabación, etc…) no dará estadísticas fiables del comportamiento de usuarios. El número de sujetos suele ser menor de 20 individuos (normalmente debido al tiempo y presupuesto que conlleva), por lo que no se puede considerar un número suficiente como para dar parámetros globales de uso.

Si quieres este tipo de resultados necesitaríamos una investigación cuantitativa: haciendo un test tipo A/B, o saber qué cantidad de usuarios usa una funcionalidad y cuántos no; o qué pasa si cambiamos aquí o allá… de manera que consigamos grandes números y de ahí saquemos conclusiones matemáticamente por la cantidad de datos obtenidos.

Con test cuantitativos, conseguiremos tendencias generales de comportamiento. Podremos probar la reacción de usuarios ante diferentes soluciones que les planteemos. Pero no nos van a decir cuál es el problema. Es decir, es una respuesta muy objetiva de la situación.

Un test cuantitativo no nos va a decir cuál es el problema. Dirá qué funciona y qué no.

Nos servirá, en definitiva, para validar los análisis y conclusiones de un test cualitativo. Es decir: podremos probar con números qué solución funciona mejor en los problemas obtenidos por los test de uso individuales.

Alcance de un test de usabilidad

El test de usabilidad no debe ser una prueba general de un sistema, pues conllevaría sesiones casi infinitas de posibilidades para probar. Comento brevemente cómo enfocar el test de usabilidad cualitativo para tu web.

Para empezar a centrar el tiro de tu test de usabilidad, deberías poder hacer una única pregunta sobre el producto que hayas diseñado (web, app, plataforma….) que reúna la esencia del porqué lo que hace interesante de cara al usuario.

Bajo el paraguas de esta pregunta tendrás que desarrollar una serie de misiones, para que luego ejecuten los usuarios del test, que se puedan medir en el tiempo. Tendremos que suponer, de manera interna con nuestro equipo, cuáles son los posibles viajes que harán los usuarios en nuestra web y centrar el tiro en una serie de tareas concretas. Alrededor de 10 es un buen número para comenzar. Es decir, menos de una hora por sesión de test, para no agotar a los participantes.

De esta manera podemos comparar a los usuarios por lo que tardan en ejecutar cada tarea (es decir, sacar algún dato numérico, pero sin ser un test cuantitativo). Podremos tener como informe final una tabla donde se reflejen los tiempos en ejecutar tareas.

También, y a modo de apunte, podremos anotar los problemas puntuales encontrados por cada usuario al realizar cada una de las tareas. Esta es la gran diferencia entre un test cualitativo y cuantitativo.

Pronto os ofreceremos una lista de documentación y tareas para que te enfrentes a un test de usabilidad con los deberes ya hechos. Si no lo haces de manera ordenada, te encontrarás con muchísimas horas de grabación, pilas de notas y documentos que no te aportarán demasiado, pero sí te quitarán ese valioso tiempo que podrías pasar corriendo por el parque.

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