El cartel de fiestas de tu pueblo es la primera llamada a la juerga, la antesala de las noches de verbena y a menudo, el detonante de una polémica de las que hacen historia. Detrás de ese cartel puede esconderse un universo de movidas, como creativos con más morro que talento, o debates que van desde la tradición más pura hasta la horda de justicieros digitales.
Símbolos y tipografías: el ADN de la fiesta
De los monumentos al sentimiento
La Giralda en Sevilla o el Pilar en Zaragoza no son solo monumentos, son el grito de una identidad. Lo mismo ocurre con figuras que van más allá del ladrillo y el cemento: la Marijaia de Bilbao o los entrañables Gigantes y Cabezudos. Cada una de estas imágenes es un latido de la comunidad, una señal que, año tras año, nos recuerda quiénes somos.
Al final, el verdadero arte del cartel no es pintar un lugar, es pintar el sentimiento de pertenencia.
La tipografía que cuenta una historia
La tipografía es un elemento fundamental del cartel, capaz de marcar el tono de la fiesta. A veces predomina un estilo artesanal, pintado a mano como si fuese un dibujo, y en otras ocasiones se apuesta por una imagen de marca pulida y corporativa.
Un ejemplo brillante de esta evolución es la tipografía “Chulapa” de Madrid. Diseñada por Joan Carles Casasín y Pablo Gámez a partir de los rótulos de cerámica de la ciudad, es la prueba de que se puede ser moderno y profesional sin dejar de ser castizo.

La tipografía “Chulapa” aplicada a los festejos de San Isidro 2019
Elementos religiosos: entre la tradición y la polémica
En las fiestas patronales, la iconografía religiosa es un elemento central que ha evolucionado. Una de las controversias más sonadas de los últimos años es el cartel de la Semana Santa de Sevilla de 2024. El artista Salustiano García optó por un estilo moderno, casi de pop art, para representar a un Cristo resucitado. La obra generó un enorme revuelo por romper con la iconografía tradicional, demostrando que el cartel es un campo de batalla no solo para el plagio, sino también para la estética.

Salustiano García. Cartel para la Semana Santa de Sevilla 2024
Cómo se hace el cartel. De la inspiración al pdf
La era digital fue un game changer que cambió el lápiz por el ratón y la acuarela por Photoshop. Hoy en día, la mayoría de concursos aceptan “técnica libre”, pero lo que más se premia es la ilustración digital, la fotografía y el collage.
El estilo del cartel puede variar, pero en algunos casos se sigue una línea muy definida. Los ayuntamientos de ciudades con una identidad festiva muy marcada, como las Fallas de Valencia, prefieren un estilo vanguardista y reconocible. Ciudades como Cádiz para su Carnaval, en cambio, apuestan por un estilo más caricaturesco y teatral.

Cartel de las Fallas de 2024, realizado por el estudio valenciano Juárez Casanova
Y una vez que todo acaba, ¿qué pasa con el cartel? Pues no acaba en la basura. La obra ganadora se convierte en patrimonio cultural del municipio. Se guarda en archivos, se expone en muestras y se publican libros.
¿Quién está detrás de los carteles de las fiestas?
Los autores son de lo más variopinto. Por ejemplo, un vecino amateur (presentándose por cuenta propia), o un creador local de renombre al que el ayuntamiento le hace un encargo directo. Pero a éstos se suman los “cazapremios profesionales“, figuras como Juan Diego Ingelmo o Rubén Lucas García (aquí puedes leer una artículo sobre su “modus operandi”), los auténticos mercenarios del diseño que han hecho de la creación popular un negocio.
A veces, la obra la hace directamente el equipo de diseño del propio ayuntamiento. Una opción más discreta y segura que evita los escándalos de plagio o los gastos y el trabajo de organizar un concurso.
Una vez que el cartel está listo, comienza el gran teatro de los concursos. El concurso público es el método más democrático y barato, la vía para que el talento del pueblo aflore. Sin embargo, también es un imán para el plagio y propuestas mediocres. La gran cantidad de obras presentadas (137 en Zaragoza para las Fiestas del Pilar de 2024, por ejemplo) puede dificultar la labor del jurado. Mira los más renombrados aquí.
La otra cara de la moneda es el encargo directo, una opción más cara y menos democrática que te garantiza una calidad y un control total sobre el mensaje. Aunque te arriesgas al escándalo como ocurrió con el, anteriormente mencionado, cartel de la Semana Santa de Sevilla de 2024. De la crítica nadie esta libre, ¿verdad?
Por último, algunos optan por la solución más discreta y económica: el departamento interno del ayuntamiento. Se encarga del diseño, garantizando coherencia con la identidad visual del municipio, aunque a menudo los resultados son más… genéricos podríamos decir, como en Santander.

Cartel de la semana grande de Santander 2025
La policía del diseño en el caso de los carteles de las fiestas
Las redes sociales han revolucionado este mundillo, transformando al público en una auténtica policía del diseño. Con un par de clics, un diseñador o aficionado puede comparar un cartel con miles de imágenes en internet. El chivatazo digital es instantáneo, y el escarnio público se desata en Twitter e Instagram, obligando a los ayuntamientos a dar explicaciones en tiempo récord.
El caso de Alcarràs: En 2023, el ayuntamiento de Alcarràs (Lleida) retiró el cartel de su Festa Major después de que un usuario de Facebook denunciara que era un plagio del cartel del Carnaval de Burgos. La polémica se hizo viral en redes sociales y la presión obligó al consistorio a anular el premio.

La prueba del delito: A la izquierda, el cartel de Burgos y a la derecha el de Alcarrás, con una apariencia sospechosamente similar.
Los plagios y sus consecuencias. Verguenza y escarnio
El plagio es más que un problema legal, es una vergüenza pública. La delgada línea entre la inspiración y el “copiar y pegar” marca la diferencia, como demuestran varios casos recientes en España.
La saga de las copias y sus consecuencias
- Novelda (Alicante): El cartel de las fiestas de 2025 era un calco de la obra de Alfredo León Mañú para las Fiestas del Pilar de Zaragoza de 2020. Tras destaparse el plagio, el ayuntamiento retiró la obra de inmediato, lo que supuso una pérdida económica por los carteles ya impresos que tuvieron que desecharse.

A la izquierda el cartel original, y a la derecha la obra acusada de plagio.
- Eibar (Gipuzkoa): El propio Alfredo León Mañú se vio envuelto en otra polémica. Su cartel para la Feria de San Andrés de 2024 era una copia de un diseño de Julen Izagirre, por lo que el ayuntamiento eligió a la segunda finalista.
- Los casos de Javier Marinas: El ilustrador asturiano Javier Marinas ha sido acusado en varias ocasiones de plagio en sus trabajos para concursos. Lee aquí sobre ello
- Morón (Sevilla): En 2017, su cartel para la Feria de Morón fue acusado de parecerse a otros carteles de la feria andaluza de Sant Joan d’Alacant y de San Bernabé de Marbella. A pesar de las acusaciones, un informe técnico concluyó que no era plagio, sino una “reinterpretación” de una imagen de dominio público. Por ello, el consistorio decidió mantener el cartel.

De izquierda a derecha: modelo en el que se inspiró Marinas, cartel de otro autor que no llegó a presentarse en Marbella (Málaga) y el que ganó en la feria de Morón.
- Boadilla del Monte (Madrid): En 2011, su cartel para las fiestas fue anulado por el ayuntamiento al considerarse una copia de un diseño de la feria mexicana de San Marcos.

Imagen de la obra presentada al concurso (a la izquierda), descalificada por el parecido razonable que guarda con otra obra anterior (a la derecha).
Cuando se descubre un plagio, los ayuntamientos suelen actuar con urgencia. Las medidas más comunes incluyen anular el premio, destruir los carteles impresos y buscar una solución rápida, como elegir al segundo finalista o encargar un nuevo diseño.
La Inteligencia Artificial: ¿el cómplice o el detective?
La IA ha llegado para complicarlo todo (o no). Las herramientas generativas son el cómplice perfecto para el plagio, permitiendo crear imágenes que replican estilos existentes. Pero también pueden ser el detective definitivo, con software que puede rastrear millones de imágenes para encontrar coincidencias.
El lío de la IA
Valladolid 2025: El cartel de las Ferias de 2025, de Virginia Guadarrama, fue señalado por usar IA. La autora lo admitió, pero las bases del concurso no lo prohibían, lo que demostró que la ley no está al día.
Haro y Alcoy: A raíz de la creciente polémica con la IA, ayuntamientos como el de Alcoy han actualizado sus bases. En el caso de Alcoy, la decisión se tomó después de que el cartel de la Cabalgata de Reyes de 2025, obra de Ángel Ligero, fuera acusado de estar creado con IA (aunque el artista lo negó y las bases del concurso no lo prohibían). La polémica fue tal que el consistorio decidió prohibir de forma expresa el uso de Inteligencia Artificial en futuras ediciones. Otros ayuntamientos, como el de Haro, han tomado medidas similares, actualizando sus normativas para anticiparse a futuros problemas y garantizar la autoría humana de las obras presentadas.

Cartel anunciador de la CXL Cabalgata de Reyes Magos de Alcoy. Ángel Ligero
Las reglas del juego se actualizan
Los escándalos han servido como un toque de atención para que ayuntamientos y jurados se pongan al día.
Las polémicas que han envuelto al cartel de fiestas, desde los plagios de toda la vida hasta la irrupción de la IA, nos dejan una conclusión clara: la tradición está evolucionando.
En lugar de ser el fin del cartel, estas controversias están impulsando la creación de nuevas normativas. Un claro ejemplo de esta adaptación ha sido la decisión de algunos ayuntamientos que han actualizado sus bases para regular de forma expresa el uso de Inteligencia Artificial en sus concursos. El futuro del cartel no será solo una batalla de creatividad, sino también una de normativas que se adapten a los nuevos tiempos para garantizar la autenticidad y el valor del arte de la fiesta.