
Publicidad inclusiva; seguimos fallando estrepitosamente
La publicidad inclusiva debería ser la norma, no la excepción. La realidad demuestra que aún estamos lejos de conseguirlo. ¿Qué estamos haciendo mal en el sector? Reflexionamos.
La publicidad inclusiva debería ser la norma, no la excepción. La realidad demuestra que aún estamos lejos de conseguirlo. ¿Qué estamos haciendo mal en el sector? Reflexionamos.
¿Qué hace que te caiga bien alguien o te enganche una historia? Su chispa, su forma de ser, ¿verdad? Las marcas buscan provocar en ti ese mismo clic. A menudo lo encuentran al definir un personaje de marca. El alma de tu proyecto, la personalidad que hace que apetezca quedarse contigo y no con el de al lado.
Vivimos pegados a las pantallas, consumiendo contenido sin parar y a la vez: viendo una serie, mirando Instagram, escuchando un podcast mientras nos desgañitamos en twitter… Nuestra atención está más fragmentada que nunca. Tanto es así que las maneras tradicionales de contar historias o comunicar una marca se quedan un poco cortas en este caos digital. Y es aquí donde entra en juego una idea potente: la narrativa transmedia.
Te vamos a contar una verdad incómoda: tu logotipo no es tu identidad de marca. Sí, lo sé, duele. Es como cuando descubres que Papá Noel son tus padres. Pero después de 15 años en las trincheras del diseño y el branding, tenemos que decírtelo.
¿Alguna vez te has parado a pensar por qué el pitido de una notificación de Bizum te alegra más que el tintineo de monedas en tu bolsillo? Bienvenido al mundo del audio branding en el sector financiero.
El diseño de un logotipo no debería ser un acto meramente intuitivo o basado en gusto o estética. Aplicando cierto razonamiento y lógica lograremos tomar decisiones que contribuyan a un mejor rendimiento gráfico del mismo. Es conveniente que antes de empuñar el lápiz, analicemos qué tipo de logotipo es el más apropiado para el proyecto de marca que tenemos por delante.