El término Cobranding o Co branding se puede definir como la alianza estratégica entre dos o más marcas. Puede darse entre compañías complementarias o entre un producto principal y sus complementos, durante un periodo temporal concreto.
Con esta acción se pretende, por un lado, aumentar el reconocimiento y reputación de marca y, como consecuencia, mejorar el posicionamiento en la mente del consumidor y la identidad corporativa. Y, por otro lado, mejorar el índice de ventas tanto de una marca concreta como en el sector al que se quieren dirigir.
Ambas marcas deben ser complementarias y no competir entre sí, de manera que se consiga grandes resultados para las compañías que participan en ella.
Para alcanzar el éxito empleando esta estrategia, hay que tener en cuenta varios factores. Si no, se conseguirá el efecto contrario.
En primer lugar, las marcas que participen en dicha unión deben compartir una serie de valores y analizar el mercado al que van a dirigirse. Durante el tiempo que permanezca esta estrategia, los atributos que defienden cada una de ellas se asociarán al producto promocionado y por lo tanto, a la imagen de marca de las empresas asociadas.
Además, se recomienda establecer una serie de condiciones que no den lugar a dudas: como las funciones de cada una de las marcas.
En segundo lugar, determinar las acciones comunicativas y los objetivos a alcanzar. Éstos deben ser alcanzables, realistas y equilibrados para ambas marcas. Deben dedicar el mismo esfuerzo y lograr posicionarse en una situación privilegiada frente a su competencia.
Existen varios tipos de cobranding. Su elección dependerá del objetivo a alcanzar a través de la alianza estratégica. Tom Blackett y Bob Boad en su libro “La Ciencia de la alianza” proponen 4 modelos, pero no son los únicos. A continuación, pasaremos a definir cada uno de ellos:
El cobranding ofrece múltiples beneficios para las marcas que participan en él. A lo largo de este texto hemos nombrado alguno de ellos. En este apartado trataremos de establecer los más importantes: