Todos conocemos esa sensación cuando estamos atascados en una rutina, ya sea en el trabajo o en nuestra vida personal. Puede ser frustrante y parecer imposible salir de él. Pero, ¿y si te dijera que a través del design thinking podemos encontrar nuevos espacios para la creatividad y la innovación en las empresas?

¿Qué es el Design Thinking?

El design thinking es una técnica empleada por los diseñadores que ayuda a identificar y resolver problemas de forma creativa poniendo en el centro los problemas de los usuarios o clientes. Puede utilizarse para crear nuevas ideas, productos, servicios o encontrar nuevos modelos de negocio. En definitiva, es una herramienta práctica que ayuda a evitar que las organizaciones languidezcan, siendo más creativas e innovadoras. El design thinking se empezó a desarrollar de forma teórica en los años 70 en la Universidad de Stanford, y desde entonces muchas empresas lo han incorporado a sus modelos de innovación.

Design thinking

¿Qué puede aportar?

El design thinking es un modelo de metodología de trabajo ágil y en equipo que permite desarrollar productos innovadores. Trabaja en la intersección entre las necesidades de las personas, la tecnología y la estrategia de negocio. Su aplicación permite:

  • Crear soluciones elegantes. Hacer simple lo complejo.
  • Aunar estética y funcionalidad.
  • Mejorar la experiencia de uso de un producto/servicio.
  • Servir las necesidades reales de la gente.

Fases del Design Thinking

1. Fase de definición

Definir el problema que queremos resolver suele ser el primer paso de cualquier proyecto complejo. También puede ser la parte más importante, ya que ayuda a sentar las bases para las etapas posteriores del proceso. Dar con una definición adecuada requiere lucidez mental y pensamiento creativo; es un reto único que puede empujarnos a pensar con originalidad y explorar distintas posibilidades.

2. Fase de empatía: recopilar datos mediante entrevistas, encuestas y otros métodos de investigación

La investigación inicial (recopilar datos mediante entrevistas, encuestas y otros métodos de investigación) puede ser toda una aventura. Permite explorar temas interesantes, hacer preguntas que inviten a la reflexión y conocer mejor a las personas que te rodean. También es una buena manera de desafiarte a ti mismo a pensar de forma crítica y encontrar soluciones alternativas a las que estás acostumbrado. Lo importante en esta etapa es ser empático, aprender desde distintas perspectivas y compartir tus hallazgos con los demás.

Diseño empático

3. Fase de ideación

Hacer un brainstorming con otros compañeros es una forma de generar ideas, estimular la creatividad y pensar de forma innovadora. Obliga a los miembros del equipo a hacer un esfuerzo diferente al habitual en su día a día, y estimula partes de su cerebro a las que no están habituados. Reunirte con personas de distintos puestos puede servirte de inspiración y darte ideas innovadoras que quizá nunca hubieras considerado por ti mismo. También es una forma de entablar relaciones, compartir experiencias y colaborar en equipo.

Brainstorming

4. Fase de creación

Lograr crear un producto mínimo viable invirtiendo el menor esfuerzo posible puede parecer un imposible y hay cierta verdad en ello. Pero también es cierto que estar obligados a enfocar la energía donde realmente es importante, ayuda a operar de manera más ágil y dinamizar las organizaciones. Actualmente con la gran variedad de herramientas y recursos que existen, lograr crear un mínimo producto viable desde una etapa muy temprana es algo accesible a cualquiera.

5. Fase de testeo

Si estás listo para llevar tu idea de producto al siguiente nivel, probar prototipos con usuarios potenciales es la mejor forma de validar tus hipótesis. Con los comentarios de los usuarios, puedes saber qué es lo que más le importa a tu cliente. Es habitual descubrir que esto no suele coincidir con lo que teníais en mente. Cuánto antes descubras esto, más rápido llegarás a encontrar product-market fit.

Enfocar gif

Por otro lado, investigar y obtener datos de los usuarios ayuda a reducir los riesgos potenciales antes de dedicar un esfuerzo significativo a crear algo que podría no ser bien recibido en el mercado. Así que no tengas miedo de poner tus productos a disposición de los usuarios para que sean juzgados.

6. Fase de perfeccionamiento

Cuando creas un diseño es importante tener en cuenta los comentarios que recibes. Al fin y al cabo, los comentarios pueden aportarte información muy valiosa y ayudarte a pulir tus diseños hasta que queden perfectos. Asegúrate de escuchar atentamente y hacer los ajustes necesarios en función de los comentarios que recibas. Esto te ayudará a crear un producto que realmente satisfaga las necesidades de los usuarios.

Gif no escuchar

7. Fase de replanteamiento

Por último, tómate tiempo para reflexionar sobre tu proceso creativo. Pregúntate si hay formas de mejorar tus métodos y hacerlos más eficaces. Piensa en todas las técnicas que has utilizado para concebir ideas y evalúa los resultados que has obtenido. Si es necesario, rompe tu proceso y vuélvelo a rehacer. Reflexionar sobre tu proceso puede ayudarte a avanzar y mejorar en el futuro.

Crear productos de éxito requiere un enfoque creativo y analítico: explorando distintas posibilidades, haciendo sesiones de brainstorming, creando prototipos, probando los diseños y perfeccionándolos. Si te tomas el tiempo necesario para comprender cada paso, a largo plazo el proceso creativo será más fluido, eficaz y satisfactorio.

 

La maldita IA

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