El branding sostenible surge como consecuencia de las expectativas que la sociedad pone en las marcas y que, por tanto, éstas necesitan cumplir.
Así, el branding sostenible consiste en crear una propuesta de valor que este alineada con las expectativas sociales más relevantes para el target de la marca. Esta propuesta de valor se lleva a cabo mediante el estudio y análisis del entorno social.
De esta forma se definen unos valores corporativos y marcos de actuación, que evitan problemas de reputación para asegurar un devenir sostenible de la marca. Un ejemplo lo tenemos con la marca de productos cosméticos LUSH: se presenta fuertemente como una marca comprometida con el medio ambiente. En su web, en sus tiendas físicas y en los productos que vende.